lunes, 7 de junio de 2010

LA MALDICIÓN DE DAMIEN (1978)


La continuación de La Profecía de Richard Donner, estrenada dos años atrás, nos propone continuar la vida de Damien un tiempo después de los acontecimientos relatados en la original, donde asistimos a la educación de Damien, que ahora es un muchacho que los tiene bien puestos y que, aunque no conoce aún su condición y no sabe controlar sus poderes, se comporta con maldad e interés. Ahora vive con su tío (William Holden), hermano de Gregory Peck, que lo dio todo en la primera entrega, hasta su vida. Damien convive con su tía, que le adora, y con su primo, con quien también se lleva de perlas. Y es que el Anticristo tiene una gran personalidad y un perfecto don de gentes. Por otra parte, no se lleva tan bien con aquellos que no comparten su forma de ver el mundo, sobre todo con su tía, con la que acaba a las primeras de cambio.

Pese a que la historia de Damien podría dar para mucho más, y resultar interesante conocer la progresión hacia el conocimiento del lado oscuro por parte del niño, la obra se queda en algo mediocre que sólo busca continuar rápidamente con el abrumador éxito de su predecesora, en una época donde numerosos títulos de horror llevaban esa etiqueta de terror sobrenatural relacionado con demonios y la Iglesia. Aparte de no contar con el factor sorpresa, todo tarda mucho en arrancar y los personajes no interesan demasiado, aunque se percibe un esfuerzo para crear unos roles que importen.

Poco a poco se va tejiendo la telaraña que nos lleva al descubrimiento por parte de Damien de su origen real, mientras los adultos siguen a lo suyo. No obstante, contribuyen a que, en un futuro, el niño diablo se apropie de la empresa de su familia y se convierta en alguien importante para el mundo entero. Pero eso es algo que Damien desconoce, hasta que le es revelado por los guardianes que hay a su alrededor, que no son pocos, y se encargan de allanar su camino hasta el poder y la oscuridad.

Todo este proceso lo contemplamos en una academia militar en la que Damien y su primo estudian. Aquí, Damien manifiesta sus poderes, sobre los que no tiene control, pero su superior, interpretado por el siempre solvente y asociado al género Lance Henriksen, es quien le informa de su objetivo final. Mientras tanto, asistimos a los chanchullos en la empresa familiar, que sí, será un tema fundamental para la peli, pero aburre soberanamente, olvidándose el director durante grandes tramos de tiempo del personaje principal.

Ante todo, es un filme que busca dejar la puerta abierta hacia la tercera parte centrada en Damien, puesto que existe una cuarta entrega con niña de protagonista, que carece de la fuerza e imaginación de esta saga (ya se sabe, esto de la igualdad...). Por ello, pierde fuelle en la historia, preocupándose más por que quede todo claro para la siguiente secuela. Quizá la culpa sea de un director como Don Taylor, que no tiene la fuerza ni la experiencia de Donner.

Eso sí, si hay algo positivo en La Maldición de Damien, aparte de su comienzo, en el que asistimos a la expedición arqueológica de dos personajes, con trágico final, son sus muertes, muy logradas y brutas, como la de la periodista (cría cuervos...) o la del médido y el ascensor "averiado".

Y como me sobra el tiempo, os invito a conocer mi última creación: ¿Qué Sabes Hacer con un Balón?, un vídeo de un minuto de duración para un concurso de Banesto con dicha permisa. Mientras todos los participantes aparecen dando toques a la pelota o jugando a fútbol, a mí se me fue la olla. Espero que os guste y no me queráis linchar tras su visionado.

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