domingo, 20 de junio de 2010

SCAR (2007)


Tres hurras por las distribuidoras que no han querido vender esta película en nuestro país hasta ahora (a fecha de hoy no se ha estrenado en salas comerciales patrias), que lleva cogiendo polvo desde el año 2007, a pesar de haber sido rodada con la misma tecnología 3D que empleó James Cameron en Avatar. Pero esa sí que se ha estrenado, y es que sigue existiendo reticencia hacia el cine de terror, a pesar de su popularidad y su legión de fans, sobre todo si se trata de un largometraje sangriento y brutal. Pero es que los hay con muy poco estómago, todo culpa de Disney.

No obstante, parece que su estreno por estos lares es inminente, quizá en 3D, y viendo la masacre que sufrió la sexta entrega de Saw en cuanto a censura, su director se puede dar con un canto en los piños. Porque otra cosa no, pero Scar es bien brutita, con sangre salpicando la pantalla, y cuenta con unos momentos de tortura que tela marinera.

La historia nos cuenta la odisea que pasó la protagonista (Angela Bettis, a la que todos recordarán por May) cuando era joven, y fue torturada junto a una amiga por el forense del pueblo. La condición para acabar con las torturas y el dolor, es que la otra persona obligue al tipo a matar al otro. Un juego macabro y mortal, propio de una mente perturbada y genial, a la vez. El caso es que la prota consigue salvarse y cree haber matado al asesino con licenciatura en Medicina, pero varios años después, todavía con el nefasto recuerdo en su cabeza, las desapariciones en su pueblo natal se suceden nuevamente, y todo parece indicar que el asesino es el mismo que años atrás. Lo peor viene cuando la sobrina de Bettis desaparece y todo el pueblo apunta con el dedo hacia ella, creyendo que está perturbada por lo que ocurrió en el pasado.

Bien, la cinta está repleta de clichés y lugares comunes, además de sustos esperados y poco efectivos, pero funciona bien en su normalidad y gracias a las escenas de las torturas, imaginativas y muy crueles para un producto estrenado en cines. Lo mejor es que el argumento no se intenta estirar y la peli se pasa en un plis. Es una eficaz mezcla entre Saw y Hostel. Eso sí, que el final final desaparezca de vuestras mentes nada más aparecer The End.

Por otra parte, el uso del 3D llega a cansar, y aunque se logra el efecto de profundidad y verosimilitud, llega un punto en el que tienes ganas de aplastar las gafas, que hacen sangrar los ojos, pues la tridimensionalidad se te olvida. Está claro que el invento de las gafitas sirve solamente para atraer a personal a las salas, simplemente por ver cómo funciona la cosa, pero sin motivos espectaculares, porque la peli te lo pida. Esperemos que esta fiebre 3D se extinga, antes de que esto vaya a peor, y hasta los mejores dramas de época lo empleen.

jueves, 10 de junio de 2010

SPLICE (2009)


Splice, que en nuestro país ha recibido la absurda coletilla en el título de Experimento Mortal, fue recibida con más críticas malas que buenas en el Festival de Sitges del pasado año y el Festival Sy-Fy de Madrid del presente, lo cual no me impidió albergar las mayores esperanzas ante este filme, sobre todo por su gran director, el siempre interesante Vincenzo Natali, creador de Cube y del cortometraje Elevated, simplemente acojonante. Con su currículum, nadie se atrevería a ridiculizar su obra, pero mucha gente se puso en su contra con Splice, su más reciente largometraje.

En parte puedo entender a los detractores de esta propuesta, que abarca varios géneros distintos, desde la ciencia-ficción y el terror genuino hasta la comedia más grotesca, cambiando su estilo y el camino a seguir en todo momento. Si te esperas una película convencional de monstruos que se cargan todo a su paso, estás muy equivocado y saldrás decepcionado. Al empezar, cualquiera puede pensar eso, ya que estamos ante la típica historia de dos científicos (el omnipresente Adrien Brody y la bella Sarah Polley), que ante las presiones de sus superiores y su ansia por llegar a más, crean un híbrido entre varias especies animales, combinándolo con ADN humano. Al principio, el resultado es nefasto, pero según va creciendo la criatura, que tiene apariencia humana, todo son ilusiones y esperanzas, fundamentalmente por parte de la mujer, que se encariña del bicho como si fuera su hija, debido a su complicada niñez (algo que nunca se nos explica bien, un fallo importante).

Sin embargo, varios puntos de tensión y terror repartidos a lo largo del planteamiento y el nundo, desembocan en una media hora final donde la criatura se vuelve calculadora, asesina e inestable. Pero lo mejor de todo es que no nos imaginamos ese final, ya que toda la película ha ido por otros derroteros. Incluso nos llegamos a plantear que estamos ante la defensa de una mujer de su creación, cuando el resto del mundo se lo quiere quitar por ser una aberración científica. Sé que a muchos no les gustará la variación que existe en el argumento, pero yo creo que Natali es lo suficientemente inteligente como para haber construído un guión distinto a todo lo visto, que te pilla el escroto y no sabes por dónde te va a llevar.

El diseño del monstruo es genial, y hasta hay un polvete hacia el final con el narigón de la función, que no está nada mal. Los actores principales cumplen, y aunque la relación entre la mujer y el bichardo puede resultar superficial, ahí está la magia de todo el asunto, que nunca sabes qué dirección tomará en los siguientes minutos. Quizá por eso haya sido tan criticada, pero el resultado final es óptimo para una película de estas características.

Atentos a la intro, genial, y a las mutaciones que sufre el monstruo.

martes, 8 de junio de 2010

EL FINAL DE DAMIEN (1981)


Tercera y última entrega de la saga demoníaca protagonizada por Damien, el Anticristo más carismático de la Historia del cine moderno, que en esta ocasión está interpretado por el australiano Sam Neill, el cual aporta muchos puntos positivos al personaje, que ahora es consciente de su poder y su destino. Y es que el protagonista de Parque Jurásico aporta una mirada de puro terror, unos gestos que asociamos plenamente a Satán, agresividad, fuerza, capacidad de destrucción y de dominar a las masas, e hipocresía de cara a aquellos que no conocen su condición. Él sabe que es el Anticristo y que su reinado de maldad está a punto de iniciarse. No obstante, deberá hacer frente a la última parte de la profecía, aquella que dice que en Londres resucitará el Nazareno, el único capaz de vencerle y extender el bien por el mundo. Todo muy bíblico.

Damien ahora es presidente de la empresa de su familia, pero acaba siendo nombrado embajador de Estados Unidos en Londres, gracias a su poder de convicción y a la "mala suerte" del anterior en el cargo. De esa forma, su conexión con la gente es mayor, logrando que confíen en él, pese a sus sucias artimañas.

Antes de llegar a todo esto, un grupo de religiosos de una congregación secreta italiana, acceden a las siete dagas que pueden herir a Damien. Tras comprobar los objetivos nada altruístas de Damien, se disponen a darle una buena somanta de palos. Y a eso se destina buena parte del metraje, a las intentonas de cargarse a Damien, sin conseguirlo, ya que son todos unos metepatas incompetentes. Una vez cerrada esa parte del argumento, éste se centra en la matanza de niños, organizada por Damien y su séquito, de todos los bebés nacidos en determinada fecha, pues cualquiera podría ser el Nazareno (no estamos en la Semana Santa sevillana, que conste). Aquí la peli gana enteros, sin escatimar en crudeza y brutalidad al mostrar los asesinatos de los pequeñines (envenenados, ahogados, atropellados, quemados por una plancha...), a pesar de la copia que supone con respecto a la historia de Jesucristo. Porque el resto interesa bien poco, quedando un resultado soso, sin gracia, lento y carente del alma de la entrega original. Ni Sam Neill salva de la quema este producto, que aunque cuenta con Richard Donner en la producción, parece hecho sin ganas, para terminar una trilogía que se debió quedar en una sola película. Por otro lado, mejor no hablar del título, que deja poco espacio a la imaginación.

Y qué decir del final, cuando Damien descubre dónde se oculta el Nazareno. Una conclusión más idónea para la típica peli aburrida de Semana Santa, que para un filme de terror, que a día de hoy resulta vergonzosa y sin sentido, incluyendo fragmentos leídos de la Biblia y todo.

En fin, el cierre de una trilogía famosa, pero famosa por el filme original, ya que estas sucesiones carecen de interés para el espectador exigente. Eso sí, mira que originaron copias en aquellas fechas.

lunes, 7 de junio de 2010

LA MALDICIÓN DE DAMIEN (1978)


La continuación de La Profecía de Richard Donner, estrenada dos años atrás, nos propone continuar la vida de Damien un tiempo después de los acontecimientos relatados en la original, donde asistimos a la educación de Damien, que ahora es un muchacho que los tiene bien puestos y que, aunque no conoce aún su condición y no sabe controlar sus poderes, se comporta con maldad e interés. Ahora vive con su tío (William Holden), hermano de Gregory Peck, que lo dio todo en la primera entrega, hasta su vida. Damien convive con su tía, que le adora, y con su primo, con quien también se lleva de perlas. Y es que el Anticristo tiene una gran personalidad y un perfecto don de gentes. Por otra parte, no se lleva tan bien con aquellos que no comparten su forma de ver el mundo, sobre todo con su tía, con la que acaba a las primeras de cambio.

Pese a que la historia de Damien podría dar para mucho más, y resultar interesante conocer la progresión hacia el conocimiento del lado oscuro por parte del niño, la obra se queda en algo mediocre que sólo busca continuar rápidamente con el abrumador éxito de su predecesora, en una época donde numerosos títulos de horror llevaban esa etiqueta de terror sobrenatural relacionado con demonios y la Iglesia. Aparte de no contar con el factor sorpresa, todo tarda mucho en arrancar y los personajes no interesan demasiado, aunque se percibe un esfuerzo para crear unos roles que importen.

Poco a poco se va tejiendo la telaraña que nos lleva al descubrimiento por parte de Damien de su origen real, mientras los adultos siguen a lo suyo. No obstante, contribuyen a que, en un futuro, el niño diablo se apropie de la empresa de su familia y se convierta en alguien importante para el mundo entero. Pero eso es algo que Damien desconoce, hasta que le es revelado por los guardianes que hay a su alrededor, que no son pocos, y se encargan de allanar su camino hasta el poder y la oscuridad.

Todo este proceso lo contemplamos en una academia militar en la que Damien y su primo estudian. Aquí, Damien manifiesta sus poderes, sobre los que no tiene control, pero su superior, interpretado por el siempre solvente y asociado al género Lance Henriksen, es quien le informa de su objetivo final. Mientras tanto, asistimos a los chanchullos en la empresa familiar, que sí, será un tema fundamental para la peli, pero aburre soberanamente, olvidándose el director durante grandes tramos de tiempo del personaje principal.

Ante todo, es un filme que busca dejar la puerta abierta hacia la tercera parte centrada en Damien, puesto que existe una cuarta entrega con niña de protagonista, que carece de la fuerza e imaginación de esta saga (ya se sabe, esto de la igualdad...). Por ello, pierde fuelle en la historia, preocupándose más por que quede todo claro para la siguiente secuela. Quizá la culpa sea de un director como Don Taylor, que no tiene la fuerza ni la experiencia de Donner.

Eso sí, si hay algo positivo en La Maldición de Damien, aparte de su comienzo, en el que asistimos a la expedición arqueológica de dos personajes, con trágico final, son sus muertes, muy logradas y brutas, como la de la periodista (cría cuervos...) o la del médido y el ascensor "averiado".

Y como me sobra el tiempo, os invito a conocer mi última creación: ¿Qué Sabes Hacer con un Balón?, un vídeo de un minuto de duración para un concurso de Banesto con dicha permisa. Mientras todos los participantes aparecen dando toques a la pelota o jugando a fútbol, a mí se me fue la olla. Espero que os guste y no me queráis linchar tras su visionado.