lunes, 26 de abril de 2010

FURIA DE TITANES (2010)


Si hay algo que verdaderamente me revienta de los remakes de hoy en día, es su falta de originalidad y el tufo que desprenden a explotación que busca un público joven que no le pida nada a una película. Ese es el principal problema de la nueva (per)versión de Furia de Titantes, cuya primera adaptación a la gran pantalla data de 1981, con los maravillosos efectos en stop-motion de Ray Harryhausen en lo que supuso su último trabajo hasta la fecha.

Recuerdo aquel filme como una gran superproducción que parecía más antigua de lo que es en realidad, sobre todo por los efectos especiales, en una época en la que estaban mejorando considerablemente. Aun así, en mi inocente mente de colegial, es una historia épica con batallas geniales y unos monstruos de mear y no echar gota. No obstante, ha llegado a mis oídos que pierde si la ves con unos años de más, por lo que deseo que la cinta no llegue nuevamente a mis manos. Pero me acuerdo lo suficiente de su historia, como para saber que he tirado mi dinero al acudir al cine para ver este soso remake, que se limita a copiar el anterior, con las mismas criaturas y con un ridículo chiste referente al buho dorado que aparece en la original. Así que si has visto la peli del 81, huye de esta.

Consideraba a Sam Worthington como un buen actor, pero aquí demuestra que tiene menos expresividad que una patata frita pisoteada, ya que sólo mueve sus músculos faciales mientras pelea, y ni se inmuta cuando mueren sus amigos y familiares. Tenía más sentimientos su Avatar en Pandora. Para que luego digan de ciertos actores de pelis de acción de hace unas décadas. Las mejores interpretaciones corren de la mano de dos veteranos: Liam Neeson y Ralph Fiennes, a pesar de que éste último parece más bien un mendigo con chepa, no un Dios. Y no hay que olvidarse de la sexy Alexa Davalos, que con esos ojos y ese cuerpo, siempre actúa bien.

Las peleas llegan a aburrir de lo predecibles que resultan, no hay tensión y parece que la pasta se la dejaron solamente en los efectos digitales, al ver ciertos escenarios de cartón piedra. Las criaturas no impresionan ni provocan temor, ni siquiera Medusa o el Kraken, y el hecho de que Perseo, grumete Pescanova de toda la vida, aprenda a luchar como el mejor en unas pocas horas, no beneficia al resultado definitivo del filme. Y mejor no hablar de la oscura (literalmente) versión en 3-D del largometraje.

Si no has visto la peli y tienes ganas, en serio, busca el trailer en Youtube. En pantalla grande no hallarás nada más.

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