domingo, 28 de marzo de 2010

ESCÓNDETE Y TIEMBLA (1988)


El American Gothic es un término que alude a la América profunda, a aquellos pueblos rurales ubicados en medio de ninguna parte, con una moral retrógada y donde todos sus habitantes te mirarán mal al llegar. En lo que se refiere al cine, abarca cualquier filme (normalmente de terror) ambientado en esos parajes, en los que los protagonistas sufren la ira de los pueblerinos, que frecuentemente se dedican a masacrar a los forasteros, debido a las cicatrices dejadas por la Guerra Civil americana, a su férres religión o simplemente a sus costumbres (hay quien cuelga a burros de un campanario para celebrar las fiestas). Este tipo de cine nos ha otorgado grandes películas del género de terror, casi siempre protagonizadas por grupos de jóvenes que van de vacaciones al lugar equivocado. Así nos encontramos títulos tan interesantes como La Matanza de Texas, Las Colinas Tienen Ojos, 2000 Maníacos, Km 666 o ¿Quién Puede Matar a un Niño? si nos quedamos dentro de nuestras fronteras.

Escóndete y Tiembla, que precisamente en su título original se llama American Gothic, es el culmen de ese subgénero, donde encontramos todas las características que lo definen, así como sus lugares comunes, sus estereotipos y sus típicas sorpresas. Para goce del aficionado, esto no supone un inconveniente, sino más bien todo lo contrario, ya que el filme sorprende, es crudo y tiene un final acojonante, tras un giro maravilloso en el que se cambian las tornas.

Para empezar, un grupo de amigos jovencitos, tras la experiencia traumática de una de las chicas, cuyo bebé se ahogó en la bañera, deciden hacer un viaje a una pequeña isla en medio de la nada, para estar en contacto con el campo, oler el estiércol, mantener relaciones prematrimoniales y olvidarse de lo malo del pasado. Con ese propósito, se pillan una avioneta y viajan hasta dicho lugar, donde se topan de bruces con una cabaña habitada por una peculiar familia, cuyo patriarca tiene el rostro del mítico actor Rod Steiger. Este clan lleva una peculiar vida en el bosque, sin ningún contacto con la humanidad: sus reglas religiosas son muy estrictas, guardan huesos y utensilios antiquísimos, y los hijos, con más de 40 tacos, siguen viviendo con los padres. Al principio, tras el encuentro entre la familia extraña y los amigos, los primeros les invitan a quedarse con ellos en la cabaña, pero pronto se percatan de que no son del todo normales.

Ahí dan comienzo las muertes, a cada cual más macabra y estrafalaria, producto de las maquiavélicas mentes de los "niños" de la casa. Tanto la cabaña como el bosque son dos lugares ideales para el clima del largometraje, que los usa como medios que se presentan hostiles para las víctimas, las cuales no conocen el entorno ni la locura de sus anfitriones. El filme está rodado de modo que la película parece aún más antigua, debido al grano de la película, lo cual proporciona un efecto de verosimilitud similar al logrado con La Matanza de Texas.

Aunque no sea muy conocida entre el cine de terror de los 80, es un título muy agradable de descubrir, por sus generosas dosis de violencia y su final, enfermizo como pocos.

3 comentarios:

  1. Buahh... ESTO SÍ ES SERIE B DE LA BUENA. Qué canguela me dió con la familia... realmente original y superior a la media... La venganza final como que era un pegote, pero bueno. La escena del columpio... tronchante!

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  2. grandísimo blog!!

    compartimos el amor por los slashers ochenteros y la aversión al sobrevaloradísimo Wes Craven!

    nos leemos!!

    Julián

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  3. Pues eso, nos leemos! Gracias por comentar y felicidades por tu blog, que ya leía hace tiempo. Saludos!

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