sábado, 27 de marzo de 2010

FEED (2005)


He aquí una de las películas más dementes y enfermizas que el ojo humano ha visto en mucho tiempo. Un viaje hacia la retorcida mente humana, capaz de los desastres más devastadores y de las acciones más perturbadoras, encauzadas hacia el placer de la carne y la búsqueda de nuevas formas de gozar, una vez que ya se ha probado todo. Si uno se va a poner delante del televisor a ver este filme, debe estar preparado y sobre todo, con la digestión bien hecha.

Muchos han tachado este título de vulgar y de provocador, y en parte no les falta razón, ya que el director ha tratado de indagar en el inconsciente de alguien perturbado, con el fin de sacarle las imágenes más retorcidas y bizarras, puestas al servicio de la sociedad de la información en la cual nos hallamos actualmente. Su propósito es el mal gusto, que apartemos la mirada de la pantalla, que tengamos náuseas, y lo consigue con creces (nunca mejor dicho).

Feed nos cuenta las andanzas de un policía australiano, especializado en crímenes cometidos en Internet, que tras un impactante suceso (acompañado por sus respectivas impactantes imágenes) relacionado con el conocido caso del caníbal de Rotemburgo, se empieza a obsesionar con los delitos que no se resuelven. Por tanto, a pesar de las vacaciones que le ofrece su superior, él es un tipo duro y se embarca en una nueva investigación. Fruto de ella, encuentra una web ilegal en la que un hombre bien fornido, se dedica a subir vídeos en los que alimenta a una mujer con obesidad mórbida, que no puede ni moverse de la cama donde permanece tumbada las 24 horas del día. El problema es que la "feliz" pareja se encuentra en Estados Unidos, concretamente en un idílico pueblo llamado Toledo (cuidado si eres de por allí y estás un pelín gordo), donde el madero de marras no tiene jurisdicción. No obstante, viaja destrangis al lugar, para descubrir al responsable de la web, ya que otras mujeres han fallecido a manos del hombre, que las alimenta hasta el extremo, mientras organiza una porra en la página, sobre el día de la muerte de las turgentes féminas. El policía se empieza a obsesionar con el caso, hasta acosar al supuesto culpable, del cual descubre no diferenciarse mucho.

Aunque la realización del filme peca en ocasiones de ser muy Michael Bay, con muchos planos cortos que pasan a velocidad de vértigo, en este caso ayudan a crear un ambiente enfermizo, ideal para la ocasión. Ya el comienzo es prometedor, con el hombre dando de comer hamburguesas a la mujer, siempre y cuando ella se lo pida. Su relación se basa en el dominio, remitiendo al alimentador a su infancia. La mujer es feliz por tener alguien que la quiera a pesar de su aspecto, y que además la alimente sin contemplaciones. Él ve a su madre en esas mujeres, a las que casi maltrata; sin embargo, está casado y lleva una vida ejemplar. Por otro lado, el policía persigue a todo tipo de asesinos y se preocupa por hacer el bien, mas su vida privada es un desastre y él es un maltratador. Por eso dedica todos sus esfuerzos al caso, para olvidarse de que tiene una vida y una preciosa novia que no para de engañarle, aunque le ama.

Los momentos en los que la mujer es alimentada son realmente repulsivos, a la par que hipnotizantes, como uno relacionado con un bote de tomate o aquel otro en el que le introduce a la mujer un tubo por la garganta. Son muy fuertes, pero también lo son esas páginas web de porno bizarro, que existen en la realidad y nadie denuncia (para disfrute de unos cuantos, que me parece muy bien).

Si creéis que lo habéis visto todo, poneos esta película y estaréis un mes sin ir al MacDonald´s (es más efectiva que Super Size Me). Cuenta además con un final raro raro, pero genial. Y ya de paso, me ha entrado hambre, así que voy a cenar

No hay comentarios:

Publicar un comentario