martes, 12 de enero de 2010

ESCALOFRÍO EN LA NOCHE (1971)



Debut en la dirección del siempre interesante Clint Eastwood, que se aleja de las películas de héroes y vaqueros a los que acostumbraba en aquella época el cineasta, que a día de hoy, siempre es una apuesta segura para los Oscar (seguro que algún día le dan un Goya). Se aleja de sus anteriores obras, en el hecho de que aquí nos hallamos frente a una cinta de terror psicológico con notables influencias de Alfred Hitchcock en diversos aspectos: el uso de las sombras y la luz, los encuadres, los personajes y la propia historia, que hoy día nos resultaría corriente, pero que en su época fue transgresora e innovadora.

Eastwood y su arqueo de cejas interpretan a un locutor de radio, que conduce un programa nocturno donde se dedica a pinchar música jazz, a petición de sus oyentes. El tipo tiene una existencia bastante solitaria, debido a su nocturnidad, aunque tiene don de gentes y un amor olvidado. El caso es que no se encuentra tan solo como cree, pues cuenta con una ferviente admiradora entre su público, que cada noche llama al programa para escuchar el tema "Misty"; de ahí el título original, Play Misty for Me. Una noche, en el bar donde Eastwood suele acudir tras el programa, para pedirse un doble de algo, mientras el camarero limpia el local y escucha sus penas, se encuentra con una tipa de buen ver (al menos para aquella época tan hippy), a la que lleva a su casa y con la que se acuesta sin dudarlo. Esa chica resulta ser la rarita oyente que cada noche le pide la misma canción, pero a Eastwood, que es un machote, no le inquieta nada. Mas todo cambia en los días posteriores, cuando empieza a ser acosado de todos los modos posibles por la tía, que se presenta cada dos por tres en su casa, le sigue y no deja de llamarle. Y cuando el tito Clint se encuentra con un amor que le abandonó y comienza con ella una relación, todo se tuerce. Su fan número uno se vuelve loca y se pone a atacar a todo el entorno del locutor, incluyéndole a él, que no sabe cómo ponerle frenos a la situación.

Como veis, la historia recuerda mucho a otras cintas similares como Atracción Fatal, donde la mujer desquiciada acosa al hombre del que está enamorada, llegando al punto de hacerle daño para conseguirle. No obstante, esta película es casi pionera en ese aspecto, creando unos personajes muy interesantes, que te preocupan. Se nota mucho la influencia del maestro del suspense, ya que el director crea unas secuencias que dan verdadero miedo, siendo maravilloso el trabajo de la actriz principal (Jessica Walter), que parece loca pero loca. Cada vez que aparece te inquietas, pues no sabes cómo va a reaccionar. Y también es genial la secuencia final, en plena noche, o el ataque a la criada del prota.

Una peli con la que lo pasas mal, un gran trabajo como director y actor del gran Eastwood, que no es tan conocido como debería, aunque en su año de estreno gozó del aplauso unánime de crítica y público. Y también es una gozada para los amantes del jazz, que no para de sonar. ¡Incluso hay escenas en un macrofestival de este estilo musical!

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