lunes, 4 de enero de 2010

NOCHE DE PAZ, NOCHE DE MUERTE (1984)



Vale, que estas fechas tan señaladas ya casi han pasado, pero hasta San Antón Pascuas son, de modo que aquí teneis la imprescindible reseña de título navideño de terror (alegraros de que no haya escogido Vaya Santa Claus o Elf).
Quizá esta cinta tan ochentera sea la más recordada dentro del género que nos toca (después de Gremlins, claro), más que Navidades Negras, a pesar de que esta última se estrenó con anterioridad y es uno de los primeros referentes del género slasher (para los no iniciados, el slasher es aquel subgénero del terror en el que un villano, normalmente enmascarado, persigue con diversas armas blancas a los jovencitos de turno, para "charlar animadamente" con ellos). Supongo que nadie se preguntará por qué es así, pero yo intentaré aclarar la situación igualmente.
Para empezar, Noche de Paz, Noche de Muerte cuenta con un asesino más carismático, pues se trata de un jovenzuelo disfrazado de Papá Noel, un traje muy suculento para hacer un filme de miedo. No hay más que mirar el cartel para comprobarlo. Por otro lado, las referencis navideñas son constantes (en todo momento parece que estamos en la típica producción que Antena 3 emite la tarde de Navidad). Y para acabar, esta peli tiene una mala leche que tira para atrás.
Todo comienza con una familia que, dirigiéndose a una cena de Nochebuena (en la versión traducida hablan de Nochevieja; supongo que los traductores tendrían dislexia), paran en un asilo a visitar al abuelo, que no habla desde hace años. El hijo mayor, que no pasa de los 8 años, se queda a solas con él, y el anciano comienza a decirle que Santa Claus, si no ha sido bueno, irá a matarle y lindezas por el estilo. Sin embargo, nadie cree a Billy. Ahí es donde comienza lo bruto, pues cualquier niño que pueda descubrir esta cinta, quedará traumatizado de por vida.
Mientras tanto, asistimos a la sangría cometida por un ladrón disfrazado de Santa Claus, que no para de matar allí por donde va. En determinado momento, la familia, que viaja en su coche, se encontrará con este simpático personaje, que dará buena cuenta de todos ellos: tras matar al padre, intenta violar a su esposa, mientras el niño lo ve todo. Digo yo que los padres del joven actor estarían contentos.
Años después, Billy ya está hecho todo un mozo fornido y vive en una residencia dirigida por unas monjas demasiado severas, que le castigan a las primeras de cambio y le hacen ver que el sexo es algo pernicioso. Billy trabaja en una pequeña tienda del pueblo y parece que los recuerdos de su dura infancia han desaparecido. Pero cuando llega de nuevo la Navidad, con sus villancicos, su nieve y sus especiales de Raphael, al chaval le da la neura y todo regresa a su mente.
Como podeis observar, el comienzo es prometedor y bastante puñetero si lo ves de niño (y si no, también), razón por la que supongo que la película tendría problemas al estrenarse, ya que convierte a Papé Noel en un asesino, mientras un niño pequeño lo presencia todo.
Pero la cosa no queda ahí y es que en el establecimiento donde Billy trabaja, le encargan disfrazarse de Papá Noel para escuchar las peticiones de los niños. Es entonces cuando a Billy se le va la cabeza, y con su disfraz de gordo barrigón, se pone a hacer estragos por la ciudad, armado con un hacha y con su inteligencia. Y es que el tío mata de las maneras más ingeniosas del mundo, como a la joven a quien empala con los cuernos de la cabeza de un reno de pared.
Memorable es la escena en la que Billy, con el hacha a la espalda, pregunta a una niña en su casa si ha sido buena durante el año. Y también aquella en la que los niños del orfanato del protagonista, contemplan cómo un hombre disfazado de Santa Claus es tiroteado por la policía (las caras de algunos nenes son geniales).
Por todo esto es un filme navideño maravilloso, para ponerse durante la cena de Nochebuena con toda la familia unida en casa. Deberían reponerla todos los años en La1, como sucede con ¡Qué Bello es Vivir!
Estamos ante una pequeña joya de culto que conviene descubrir, muy bruta, con grandes dosis de humor negro y harto entretenida, que es lo que cuenta. La mejor forma de acabar con el empacho de dulces en estas fechas, y si se la puedes poner a tu hermano pequeño, mejor aún. Además, cuenta con cuatro secuelas más (la segunda es una de las peores películas de la Historia), que irán cayendo por aquí a su debido tiempo, que significa "cuando tenga ganas".

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