miércoles, 13 de enero de 2010

SAW (2004)


Esta película supuso el comienzo de una de las franquicias más rentables y longevas de los últimos años, de las que ya no quedaban (hablo como un abuelo frente a la obra). Desde los maravillosos años ochenta no se veía nada similar, con sagas interminables como Viernes 13 o Pesadilla en Elm Street, y otras menos famosas pero que contaron con numerosas continuaciones hasta que llegaron los noventa, donde la sangre fue sustituida por demasiados fueras de campo. Y tuvo que llegar esta película estadounidense para recordarnos aquellos años, donde la truculencia no importaba. Lo cierto es que significó una gran sorpresa y revitalizó el género, un poco aburrido en los años anteriores. Esta peli, junto a otras como la genial Hostel del genial Eli Roth, dieron un vuelco al terror, cansado de ir destinado a toda la familia. No obstante, el título que nos ocupa no es demasiado gore, frente a sus secuelas, pero sí cuenta con imágenes muy desagradables y momentos de apartar la mirada de la pantalla. Basta con recordar el "cortecito" final con el serrucho, o la liberación de la chica con el casco arrancamandíbulas en su cabeza. Momentos en los que apenas salpica la sangre, pero que utilizan una sugerencia insana, obligándonos a imaginar lo que ocurre fuera de plano, para nuestra desgracia.

Hasta la fecha, la saga Saw ha visto cinco secuelas más, la última de las cuales vino precedida por la polémica que todos conocemos, y que denota que vivimos en un país con demasiados prejuicios, anclado en el pasado y que sólo busca llamar la atención frente al puro negocio. Ahí radica la doble moral de aquellos que censuran una peli violenta, pero que luego engañan a su pareja, pagan a prostitutas o ven porno. Pero bueno, dejemos ese tema que me caliento más que el cenicero de un bingo. Se trata de una franquicia que siempre ha seguido el mismo esquema, componiendo un puzzle enorme, que se ha engrandecido con las secuelas, llegando a puntos demasiado extraños, de los que sus respnsables no saben cómo salir. La sangre va en aumento con cada nueva entrega, así como lo enrevesado de los puzzles y trampas del villano de turno, encarnado por un gran Tobin Bell, que es ahora cuando ha encontrado la fama, con un personaje cruel, pero con su moral y su filosofía. De todas formas, la estética se mantiene en cada parte, los personajes y la historia, aunque a veces parezca que la escriben sobre la marcha.

Pero he aquí la mejor de todas, la primera, donde nada de lo que sucede es esperado. Es una obra muy original, bruta, con un malo muy interesante y una manera de asesinar especial. Supongo que todos sabemos de qué va la cosa: un hombre atormentado que secuestra a sus víctimas y las somete a perversos juegos, de los que pueden escapar con vida si tienen el suficiente estómago. Estas personas suelen llevar una mala vida, de ahí que se les ofrezca una segunda oportunidad. Unos juegos maquinados por una mente brillante, un MacGyver con mala leche, que se sirve de todo tipo de artilugios para torturar a sus presos.

Todo comienza con dos hombres que despiertan en una sala, sin conocerse, y a partir de ese instante, el puzzle va tomando forma, hasta llegar a un final cruel e inesperado, que ha dado paso a tantas secuelas, y las que están por venir. Y es que en principio, se pensó en llegar a nueve partes, teniendo en cuenta el éxito de estas pelis, baratas de producir (hay una nueva cada año, estrenada siempre cerca de octubre) y con un buen rendimiento en taquilla. La crítica, por supuesto, no importa nada. El nivel de truculencia y crueldad no había sido visto antes, por lo que no es de extrañar que todo el mundo hablase de la cinta con una mueca en la cara. Pero es algo que la gente necesitaba. Por supuesto, también contiene momentos espeluznantes, como el del fotógrafo que se queda a oscuras en casa y empieza a buscar por cada rincón, sólo con el flash de su cámara como ayuda, o las explicaciones del muñeco, que da cosica.

Una fórmula novedosa dio como resultado esta película, que se pierde un poco al contar la investigación sobre el malo, mientras esperamos que la cámara vuelva al baño donde están los protagonistas (uno de ellos es guionista de la propia peli), pero que funciona a las mil maravillas, tiene imágenes de esas que se te graban en la retina y ha dado pie a mil copias. Ya veremos hasta qué punto llega la franquicia, que se irá desgranando miembro a miembro por aquí.

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