viernes, 5 de febrero de 2010

MONDO ZOMBIE (1988)


La carátula de esta cinta de muertos vivientes me producía pesadillas de pequeño, cuando la veía en el videoclub, esperando para alimentar mis pesadillas, pasiva y mirándome en la estantería. Jamás me atreví a alquilarla y la había conseguido sacar de mi mente... hasta ahora. Y supongo que tardará mucho tiempo en volver a desaparecer de mis pensamientos tras haberla visto, pero de lo mala que es. Menos mal que no la vi de niño, porque mi amor al cine hubiese muerto por aquel entonces.

La peli intenta ser un homenaje a la trilogía de Romero y a Posesión Infernal. No se trata de un tributo velado, sino más bien casposo y con poca chispa, donde muchos personajes se llaman como gente perteneciente al género, como King, el comandante ¡John Carpenter!, el científico Savini, el agente Raimi o un tal Romero. Si esos detalles pretendían hacer sonreír al respetable público, no lo logran nunca. Por ejemplo, al empezar el asunto, un zombie llega a un videoclub y coge las cintas de George A. Romero, creador del zombie moderno, y Posesión Infernal de Sam Raimi, tras lo cual intenta hincar el diente al dependiente. Pero de verdad, resulta patético, pues el filme se toma en serio a sí mismo, creyendo llegar a los resultados de los anteriores títulos citados. Es una obra amateur a más no poder, donde se nota el amor del director por este género, pero mejor si hubiera trabajado en un videoclub.

Al principio, descubrimos que los muertos reviven por obra y gracia del virus diseñado por un científico chiflado. Asistimos a los ataques de los seres (cutres cutres) y cinco años después, el mundo está infestado por ellos. Sólo quedan pequeños reductos de humanos supervivientes, pero los zombies les superan en número y sus ataques son constantes. El Gobierno en Washington, ha creado un comando especial de cazadores de zombies, que son más inútiles que un compás en un examen de Literatura. Los científicos, de repente, descubren que el doctor que creó el virus, podía tener en sus manos el antídoto, por lo que el comando va en su busca. En su viaje se encontrarán con un grupo de religiosos, que están en contra del asesinato de los zombies, y se dedican a alimentarlos y a sacrificar humanos para ellos, de forma que se tendrán que enfrentar con ellos.

Las referencias continuas a otras obras donde los zombies son los protagonistas, no son pocas. El científico del grupo gubernamental intenta domesticar a los muertos, como en El Día de los Muertos, incluso creando un ordenador que les permite hablar. Penoso se puede definir el momento en que su zombie se pone a entonar el himno de los USA. Eso sí, el maquillaje de los seres está currado, a pesar de la poca pasta que habría en la producción. Y es que está clarísimo que esto fue directo a vídeo, nada de paso por cines, por vergüenza, más que nada.

Los actores son más malos que un yogur de limón caducado y la historia aburre hasta el hartazgo, pero es idónea para completistas del cine de devoracerebros. No hay otro género donde haya más pelis malas, debido a su enorme cantidad de obras. Muchas de ellas llegan a ser geniales en su cutrez, como la citada Posesión Infernal o Mal Gusto de Peter Jackson, pero su éxito radica en contar con alguien talentoso tras la cámara, cosa que aquí no sucede.

Por cierto, el final es ridículo y todo es demasiado enrevesado en algunos momentos, para más inri.

No hay comentarios:

Publicar un comentario